Película filmada en Hungría de gran belleza estética en sus tomas, simetría, hermosos paisajes e interesantes simbolismos ocultos. Su director, Ari Aster, la define como su propia versión de “Alicia en el país de las maravillas para pervertidos”, en un género de “folk horror escandinavo”, en un entorno casi surreal.
Sinopsis:
Dani Ardor, protagonista de la historia, vive en la ciudad de Nueva York. Christian es su novio y le ha estado ocultando un viaje que planeó a Hårga, en Suecia, con sus amigos universitarios, ya que Pelle, uno de ellos, los ha invitado al festejo en su aldea con motivo de presenciar el solsticio de verano.
Dani pierde a su familia en Minnesota tras el suicidio de su hermana Terri, quien además, termina con la vida de sus padres a consecuencia de padecer de bipolaridad. Por tanto, Christian se siente culpable y es incapaz de finalizar una relación que ya no funciona, invitando sin ganas a su novia al viaje. En Hårga encuentran una comunidad de un supuesto folclore nórdico, fusionado con ideas de otras culturas y leyendas con un toque inquietante y macabro. Por supuesto, de allí vendrá la parte de “terror”, transformándose en una serie de sacrificios/asesinatos.
Influencias:
Midsommar se inspira, de acuerdo a su director, en otras películas como el Mago de Oz, con un viaje de un mundo triste a uno lleno de brillantes colores, así como en Dogville, cuya referencia se deja ver en la escena final, pero su mayor homenaje se puede hallar en “The Wicker Man”, de donde se extrae el palo de mayo (majstång, en el contexto sueco) y la reina del festejo, lo cual proviene de “La rama dorada” de James George Frazer. Ello se puede comprobar en una entrevista del New York Times realizada a Aster, quien percibe dicha obra como un “tesoro” para saber sobre las tradiciones precristianas. Aquí se debe decir que, además de que tal referencia, debe tomarse “con pinzas” por su óptica obsoleta y romantizada de la historia, no se están recuperando elementos únicamente suecos o escandinavos, sino que el director agregó que, incluso utilizó información sobre el folclore de Gran Bretaña y Alemania.
Al mismo tiempo, se incluyen costumbres que vienen ya sincretizadas de la época del cristianismo y se incorporan tradiciones nórdicas en las que muchos de sus aspectos se ficcionalizan. Debe decirse que todo lo anterior es permisible en el contexto cinematográfico, pero, no debe perderse de vista para distinguir entre lo real y lo fantástico.
Alusiones nórdicas sincréticas, cristianas y paganas:
Lo primero es hablar de Midsommar como festividad del verano, que generalmente sucede entre el 20 y 26 de junio. En su origen más remoto, se rastrea una celebración pagana vinculada al culto solar y a una época de fertilidad, pero que, más tarde, en Suecia, se ubica en los 1500’s con granjeros decorando y celebrando usando follaje y disfrazándose del “hombre verde” y transformándose con el cristianismo, durante el siglo X u XI, en la “fiesta de San Juan”, con jóvenes visitando manantiales para beber agua que veían como curativa al pensar en el bautizo de “Juan el Bautista”.
Ahora bien, se puede notar la incorporación de la festividad de Valborg, ya que se retoman brindis, banquetes, bailes, y la fogata. La fiesta es entendida como la llegada oficial de la primavera en Suecia, y en otros países del norte de Europa. Esta ocurre el 30 de abril (aunque en Suecia es más común en Midsommar por razones climáticas) y se realiza una “majbrasa” u hoguera significativa. El encender grandes fuegos esa noche tuvo un cambio de significado, siendo para los paganos un símbolo del fin del crudo invierno y una manera de purificación. Ya con el cristianismo, se encendían para “protegerse del poder de las brujas”. Por supuesto que, hoy en día, lo que se hace se limita a una especie de picnic con abundantes bebidas alcohólicas, comida y cantos.
La también llamada “Valborgsmässoafton”, se encuentra como “noche de brujas” y santos. Valborg llega a Suecia desde Alemania durante la Edad Media y, desde el siglo XV, hace memoria a la “santa Walpurga”. Es también una “noche mágica” en la que las brujas cabalgarían en escobas o cabras hacia antiguos lugares de sacrificio, acompañadas por “el diablo”. De ahí que se iniciara la idea de hacer ruido y hacer fogatas para, supuestamente, espantarlas, además de proteger al ganado de animales salvajes.
Por su parte, existe una canción sueca llamada Hårgalåten que cuenta sobre un baile en la aldea de Hårga, en el que llega un hombre misterioso de ojos brillantes tocando un violín o una flauta (el diablo disfrazado, que se vincularía con Pelle en función del papel del “flautista de Hamelín”), provocando pánico cuando los danzantes notan que no pueden parar y son llevados a la montaña Hårga. El baile prosigue hasta que los zapatos y pies se deshacen, llegando hasta el hueso y a la muerte. Al parecer, el registro más antiguo de esta leyenda se ubica en 1785, originaria de Helsingia. Por tanto, podemos ver a la protagonista y otras jóvenes de Hårga bailando en largas rondas en un estado de trance, descartando a las que ya no pueden seguir y eligiendo a la última que quede en pie como la reina. Aster no utiliza la verdadera canción en la escena, pero sí especifica que fue un gran motivo para elegir el lugar en donde se filma y efectuar un baile en el supuesto prado de Hårga.
Se pueden rescatar algunos eventos de la mitología nórdica como acierto dentro de la película, como el uso frecuente del número 9, el cual es de gran importancia en este escenario, ya que se relaciona con los 9 mundos del Yggdrasil, árbol del que Odín se cuelga también por 9 días y noches para obtener conocimiento y recibir las runas. En la cinta, por su parte, dicho número coincide con el de los sacrificios, la cantidad de días en que hacen su ritual cada 90 años, la duración de las etapas de ciclo de vida de los habitantes de Hårga que es de 18 años (múltiplos de 9), y hasta en el total de letras del título “Midsommar”.
De la misma manera, al llegar a Hårga, se explica que hombres y mujeres usan faldas en honor a Ymir, ya que figura como padre y madre a la vez, reproduciéndose asexualmente para generar la raza de los gigantes.
Adicionalmente, la transgresión del incesto trae discapacidad en uno de los aldeanos, con objeto de contar con un vidente u oráculo de la comunidad. Lo anterior se ha interpretado como un posible lazo con el sacrificio de uno de los ojos de Odín, ya que dicha ausencia física, se convierte en un medio para alcanzar mayor sabiduría y poder mágico espiritual.
Igualmente, se recrean diferentes alfabetos rúnicos plasmados en cada rincón y persona de la aldea. Para ejemplificar, ᚷ (Gebo) aparece varias veces e implica un “regalo” u ofrenda, que vendría a representar los sacrificios, o ᚠ (Fehu) en la túnica de Pelle, pudiendo ser un presagio al ofrecer a sus amigos a cambio de prosperidad y abundancia. Sin embargo, debe tenerse en mente que no todas las runas son reales o se les da un significado apropiado, considerando que Aster, al lado del diseñador de producción, Henrik Svensson de Estocolmo, generaron un código de símbolos e interpretaciones propio.
Maja, hermana de Pelle, trata de “hechizar” a Christian colocando una runa debajo de su almohada, lo que está inspirado en jóvenes que lo que ponían eran flores para que su futuro prometido apareciera al soñar. Este uso de flores, junto con las coronas también floridas, empieza en una sociedad campesina del siglo XI al XIX. A la estrategia de Maja se suma una especie de pastel de vello púbico y sangre menstrual que, si bien no se trata de una tradición real del festival del solsticio de verano sueco, se toma de una práctica de la época medieval.
Una escena de la historia trata sobre el suicidio al llegar a los 72 años, al considerarse débiles y de poca utilidad para apoyar a su comunidad, lo cual es manejado de la forma más brutal. El director afirma no dirigirse a un hecho histórico, sino al folclore sueco con suicidio ritual, añadiendo un martillo con el que “rematan” a un hombre. Menciona al museo popular de Estocolmo como un lugar donde puedes encontrar un martillo similar, así como el hecho de que una familia lo emplearía para terminar con la vida de un miembro mayor del grupo cuando fuera su momento de partir.
El término Ättestupa se emplea en Suecia a partir del siglo XVII, tomándose de la saga islandesa llamada “Gautreks saga”, donde miembros de una familia se suicidan arrojándose de un acantilado llamado Ættarstapi o precipicio del clan. Más adelante, se vuelve común llamar Ättestupa a varios acantilados. En el siglo XIX se cuestiona tal mito y muchos investigadores recientes afirman que jamás existió.
En una línea similar, cuando Christian trata de huir después de un ritual de apareamiento, entra al gallinero donde observa a Simon, uno de los viajeros británicos que conocen en la aldea, suspendido en el aire con el bloðorn o «águila de sangre». Este es un hecho muy controvertido y discutido en la actualidad por su falta de pruebas contundente. Una de las versiones más extendidas es que se trataba de una ofrenda a Odín que consistía en una forma de tortura y ejecución en que la persona era inmovilizada con el cuerpo mirando hacia abajo para que recibiera un corte a lo largo de la columna vertebral o dos a cada lado. A continuación, se usaba un hacha para partir las costillas, que se sacaban del cuerpo, al igual que los pulmones, los cuales quedarían colgando en la espalda, simulando alas.
Las referencias se encuentran de igual forma en las sagas, teniendo como ejemplo a la “Saga Orkeyinga o Saga de los Orcadenses”, entre otras. No obstante, muchas veces se les ha cuestionado por haberse redactado siglos después del término de la época vikinga, cuando, debido al cristianismo, podría darse una demonización y exageración de la cultura pagana previa, conduciendo a una alteración de las narraciones.
Por otro lado, pensando en las leyendas de los berserker como guerreros feroces en trance con piel de oso que aparecen en las sagas medievales, ello se transforma en casi una burla con un personaje temeroso que termina siendo sacrificado. Lo dicho se muestra cuando aparece el cuadro “Kiss the bear” de John Bauer de 1907, dando un primer vistazo de la futura presencia del oso. Aquí es donde llegamos a las escenas finales cuando Dani elige a Christian (cuyo nombre no es casualidad, simbolizando al cristianismo) para ser sacrificado. Dani muestra finalmente una gran sonrisa, ya completamente inmersa en el nuevo grupo.
Sobre el sacrificio humano, se plantea como una posibilidad del mundo pagano debido a hallazgos arqueológicos en Dinamarca y Suecia que lo dejan ver, sin que tenga enlaces con Midsommar.
Visión crítica del director:
Aster transmite, además, mensajes sobre lo poco inclusiva que es la comunidad, reprobando la conducta del grupo político de la extrema derecha sueca, a lo que se añade una advertencia contra grupos sectarios, pero sin dejar atrás lo ajenas que parecen las culturas distintas y el modo en que esto horroriza a quienes no soportan lo diverso. A su vez, señala lo nocivas que pueden llegar a ser las relaciones de pareja con dependencia emocional, falta de empatía y desequilibradas, junto con el proceso de duelo de la protagonista, su confrontamiento con la muerte y su miedo a la soledad. Es decir que, Dani es mucho más influenciable al ya no tener una familia que terminará sustituyendo por la comunidad de Hårga para tener un nuevo comienzo.
Mucho más se podría decir, ya que hay una fuente inagotable de curiosidades a revisar, pero se han tratado las más representativas. Espero que, aunque este viaje a través de Hårga haya sido quizás un poco incómodo, finalmente se muestre provechoso y agradable.
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